"...Nací en Inca, un pueblo de la isla de Mallorca, en una familia humilde: mi padre era zapatero, no nos sobraba el dinero, pero tampoco nos faltaba nada. Mi madre se ocupaba de la casa y de los hijos; los dos se querían muchísimo y los recuerdos que tengo de mi niñez antes de 1936 son muy buenos. Éramos cinco hermanos, con pocos años de diferencia; era una casa alegre y viva..."

 

"...Éramos «hijos de rojo, traidor y ateo»1. Los sentimientos que provocaban en mí estos comentarios eran de rabia y al mismo tiempo de orgullo, porque sabía que mi padre era un buen hombre, que quería muchísimo a su familia, un hombre con grandes principios que no se había doblegado y que había resistido, por lo que lo asesinaron..."