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Las Islas Baleares reflejan problemáticas comunes a otras islas:
El Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) ha publicado cinco informes que confirman la evidencia de los cambios en el clima y la correlación directa con la actividad humana debido, fundamentalmente, de las emisiones de gases de efecto invernadero provocados por el uso de combustibles fósiles y las alteraciones en el uso del suelo. El cambio climático es uno de los principales retos a los que se enfrentan las sociedades en todo el mundo dados los impactos negativos principalmente en el medio ambiente, los recursos naturales, la economía y la salud.
Las Islas Baleares, por el hecho insular, son especialmente vulnerables al cambio climático. En buena parte lo son porque se prevé que el incremento medio de temperatura en el archipiélago será superior a la media global, según la Agencia Española de Meteorología. En los últimos 40 años, se ha experimentado un incremento de 0,3ºC por década en la temperatura media, mientras que para los próximos años se prevé un incremento de entre 2 y 5 grados.
En cuanto a los impactos concretos, un estudio de la vulnerabilidad de los diferentes sectores de las Islas Baleares a los efectos del cambio climático encargado por el Gobierno de las Islas Baleares en 2015 concluyó que los principales factores climáticos que se prevé que afecten al archipiélago son el incremento de la temperatura media, la disminución de la precipitación media y el aumento de eventos extremos, como olas de calor o lluvias intensas. Estos factores crean un nivel de riesgo ante el cambio climático alto para los sectores del agua, el territorio, el turismo y la salud; y un riesgo significativo para el medio natural, la energía y el sector primario.
Entre los impactos concretos previstos, destacan una exposición significativa al peligro de sequía meteorológica e hidrológica, riesgo de inundaciones e impactos sobre las diferentes infraestructuras, la pérdida de atractivo turístico por las condiciones adversas, la pérdida de cultivos por eventos extremos o el aceleración de procesos de desertización o pérdida de ecosistemas costeros.
Las Islas Baleares son la comunidad autónoma con más dependencia energética exterior y menos implantación de renovables. Una parte importante de los combustibles fósiles utilizados en la generación de electricidad, como el carbón o el fuel, son especialmente contaminantes. Además, el ratio de coches privados por habitante es superior a la media estatal. Según un informe reciente elaborado por la Universidad de las Islas Baleares, el archipiélago balear constituye el territorio que registra el índice de intensidad turística más alto de los territorios insulares del mundo.
Por otra parte, con relación al cumplimiento de la Ley 34/2007, de 15 de noviembre, de calidad del aire y protección de la atmósfera, que establece determinados parámetros en relación con los valores de referencia máximos de concentración de contaminantes admisibles en el aire, en las Islas Baleares se cumple con los valores de referencia para la mayoría de contaminantes. Sin embargo, los niveles de dióxido de nitrógeno han superado en diferentes ocasiones en la zona de Palma, y los niveles de ozono han superado el valor objetivo de protección para la salud humana y el valor objetivo de protección para la vegetación. Estas superaciones, que han dado lugar a varios planes de mejora de la calidad del aire, son aún más significativas si se comparan con los valores establecidos por la Organización Mundial de la Salud, netamente más rigurosos que la normativa comunitaria.
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La lucha contra el cambio climático y la transición hacia un nuevo modelo energético suponen también una importante oportunidad económica y social.
Varios estudios demuestran el enorme potencial de creación de llos de trabajo asociados a esta transformación, así como una mayor competitividad asociada a los menores costes energéticos y ambientales del nuevo modelo. De hecho, en su documento "Directrices de política para una transición justa hacia economías y sociedades ambientalmente sostenibles para todos" publicado en 2015, la Organización Internacional del Trabajo afirma que la ecologización de la economía puede actuar como un nuevo motor de crecimiento y como un generador neto de puestos de trabajo decentes y verdes que pueden contribuir en gran medida a la erradicación de la pobreza y la inclusión social así como una economía competitiva.
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El Decreto 60/2005, de 27 de mayo, creó la Comisión Interdepartamental y el Comité Técnico sobre cambio climático, y fue modificado por el Decreto 140/2007, de 23 de noviembre.
Del trabajo de la Comisión Interdepartamental y el Comité Técnico sobre cambio climático surgió El Plan de Acción para la lucha contra el Cambio Climático de las Islas Baleares 2008-2012, que fue aprobado por acuerdo del Consejo de Gobierno del 1 de agosto de 2008 y revisado, también por acuerdo del Consejo de Gobierno, en mayo de 2011. en el plan se identifican 99 medidas destinadas a apoyar los esfuerzos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Una de las principales problemáticas en la aplicación de las medidas de este Plan de Acción fue la significativa dispersión de competencias, tanto en referencia a los diferentes niveles de las administraciones (Gobierno, Consejos Insulares y Ayuntamientos), como por las materias en que trabajaban los diferentes órganos en cada una de estas administraciones consideradas.
La Estrategia Balear del Cambio Climático 2013-2020, aprobada por la Comisión Interdepartamental sobre el Cambio Climático el 8 de abril de 2013, sustituye el Plan de Acción para la lucha contra el Cambio Climático. La estrategia incorpora objetivos de adaptación al cambio climático a los objetivos de mitigación que habían orientado las políticas de lucha contra el cambio climático hasta entonces.
Como primera acción derivada de la Estrategia Balear de Cambio Climático, la Comisión Interdepartamental sobre Cambio Climático, el 9 de abril de 2014, aprobó el Plan de Acción de Mitigación contra el Cambio Climático en las Islas Baleares 2013-2020. El Plan tenía por objetivo reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 20% en 2020 respecto de las emisiones de 2005.
Asimismo, en septiembre de 2017, el Consejo de Gobierno de las Islas Baleares acordó adherirse a los objetivos y las líneas de actuación del Acuerdo de París, así como fomentar las políticas autonómicas necesarias para la adaptación del territorio y de los sectores económicos de las Islas Baleares a los impactos del cambio climático.
El 22 de febrero de 2019, el Parlamento de las Islas Baleares aprobó la Ley 10/2019, de 22 de febrero, de cambio climático y transición energética. El horizonte que fija la Ley es tener unas islas libres de combustibles fósiles y el 100% de energías renovables en 2050. Para 2030 las previsiones son disponer de un 35% de renovables, un 23% de reducción del consumo energético y una merma del 40% de las emisiones contaminantes.
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La Ley 10/2019, de 22 de febrero, de cambio climático y transición energética es el marco bajo el cual se desarrolló políticas con objetivos específicos de mitigación del cambio climático: 35% de implementación de renovables, 23% de ahorro energético y reducción de un 40% de las emisiones para el año 2030; y porcentajes del 100%, 40% y 90% respectivamente para el año 2050. También se necesitan políticas de adaptación disminuyan la vulnerabilidad ante los impactos del cambio climático.
Las líneas de actuación que proponen las Islas Baleares para alcanzar estos objetivos amplían las propuestas por la Estrategia mediterránea de desarrollo sostenible, y se pueden añadir a la Estrategia sobre el cambio climático para las islas.
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1. Transición energética:
2. Transición justa:
3. Líneas de actuación sectoriales:
4. Adaptación de la costa: planificación y Gestión Integrada de Zonas Costeras.
5. Ecosistemas marinos: la posidonia como elemento clave en la mitigación (sumidero de carbono) y en la adaptación (protección de playas y zonas de costa). Introducción como mecanismo de flexibilización en las emisiones de GEI.
6. Coordinación del conocimiento científico a través de las redes existentes y de los centros de intercambio, para garantizar la toma de decisiones informadas a todos los niveles.
7. Definición de indicadores comunes del Cambio Climático para las islas.
8. Aprovechar los mecanismos existentes y emergentes de financiación del clima, incluidos los instrumentos internacionales y nacionales, y mejorar el compromiso de los sectores privado y financiero.
9. Fomentar el desarrollo normativo.