La Unión Europea (UE) se creó con el fin de conseguir objetivos políticos mediante la cooperación económica. Ningún país es lo suficientemente fuerte para mantener una situación de ventaja en el comercio mundial y, por tanto, los países deben unirse para tener un crecimiento económico y competir en la escena mundial con otras economías.
La característica de la UE es que los Estados miembros, aunque todos son países soberanos e independientes, han compartido parte de su soberanía para ganar fuerza y disfrutar de las ventajas de la dimensión de la UE. Los estados miembros delegan algunos de sus poderes decisorios en las instituciones comunes que han creado para poder tomar, democráticamente y en el ámbito europeo, decisiones sobre asuntos específicos de interés común.
La misión de la UE en el siglo XXI comprende los siguientes aspectos:
- Mantener y aprovechar la paz establecida entre los estados miembros.
- Unir los países europeos en una cooperación práctica.
- Velar para que los ciudadanos europeos puedan vivir con seguridad.
- Promover la solidaridad económica y social.
- Preservar la identidad y la diversidad europeas en un mundo globalizado.
- Promulgar los valores compartidos por los europeos.
La UE actúa en una amplia serie de ámbitos en los que sus acciones redunden en beneficio de los estados miembros. La Unión financia estas políticas mediante un presupuesto anual que permite complementar la actuación de los gobiernos nacionales y añadir valor.