La salud sexual
La sexualidad se construye a través de la interacción entre la persona y las estructuras sociales. Su desarrollo pleno es esencial para el bienestar individual, interpersonal y social.
Para disfrutar de una buena salud es imprescindible disfrutar también de una buena salud sexual. La salud sexual es un estado de bienestar físico, mental y social en relación a la sexualidad. Requiere un enfoque positivo y respetuoso de la sexualidad y las relaciones sexuales, así como la posibilidad de tener experiencias sexuales placenteras y seguras, libres de toda coacción, discriminación y violencia.
Para que podamos vivir la sexualidad con placer y de forma satisfactoria y segura, es necesario que:
- Conozcamos: nuestro cuerpo, aquello que nos gusta y aquello que no nos gusta, como se produce la respuesta sexual, como nos reproducimos.
- Nos aceptamos y nos identificamos como una persona única y valiosa que se siente a gusto con ella misma y que es digna de ser querida.
- Sepamos expresar nuestra capacidad erótica, nuestros sentimientos y deseos, y marcar los límites que no queremos que nadie traspase.
Disfrutar de salud sexual supone vivir la sexualidad con:
- Placer, sin culpa ni vergüenza.
- Aceptación y satisfacción en cuanto a la orientación sexual y la identidad de género.
- Respeto hacia las otras personas.
- Responsabilidad (con conocimiento del riesgo que supone y utilizar correctamente las medidas de protección adecuadas.
El 14 de febrero se conmemora el Día Europeo de la Salud Sexual y el 4 de septiembre el Día Mundial de la Salud Sexual. La salud sexual implica la defensa, la protección, el mantenimiento y el respecto de los
derechos sexuales de todas las personas.