Preguntas y respuestas sobre los sulfatos en el agua de consumo humano

 

¿Qué son los sulfatos?
Los sulfatos se encuentran de manera natural en numerosos minerales (barita epsomita, tiza, etc.). Además se utilizan en la industria química (fertilizantes, pesticidas, colorantes, jabón, papel, vidrio, fármacos, etc.); como agentes de sedimentación (sulfato de aluminio) o para controlar las algas (sulfato de cobre) en las redes de agua y, por último, como aditivos en los alimentos.

¿Cuáles son las causas de la presencia de sulfatos en el agua que consumimos?
Los sulfatos suelen ser sales solubles en agua, por lo que se distribuyen ampliamente en la naturaleza y pueden presentarse en las aguas naturales en un amplio intervalo de concentraciones.

El origen de los sulfatos se debe fundamentalmente a los procesos de disolución de las tizas, existentes en el terreno, en el agua subterránea.

¿Cómo estamos expuestos a los sulfatos?
A través de los alimentos, el agua y el aire. Los alimentos son la principal fuente de sulfatos, excepto cuando el agua de consumo humano contiene niveles elevados de sulfatos que resulta la principal fuente. Diariamente, ingerimos aproximadamente 500 mg de sulfatos. La contribución del aire a la ingesta total es insignificante.

¿Cuáles son los efectos perjudiciales conocidos de los sulfatos para la salud de las personas?
Los sulfatos y otros iones, como el magnesio o los fosfatos, pueden actuar como laxantes cuando se ingieren en cantidades elevadas que superan la capacidad del intestino para absolverlos.

El agua con concentraciones superiores a 1600 mg/litro de sulfatos produce diarrea en animales durante la primera semana. Después este efecto desaparece. Estudios con agua de grifo, con voluntarios humanos indicaban efecto laxante en concentraciones de 1000-1200 mg/l.

Otros estudios, han observado la aparición de diarrea en recién nacidos expuestos bruscamente a valores superiores a 650 mg/litro de sulfatos. En adultos. En adultos, se pueden sentir efectos laxantes a partir de los 750 mg/litro.

¿Cuáles son los grupos de población más sensibles a los efectos perjudiciales de los sulfatos?
Los niños, especialmente los recién nacidos alimentados con lactancia artificial que utiliza agua con elevado contenido en sulfatos para preparar los biberones. Los ancianos y aquellas personas que abruptamente pasan de beber agua con bajas concentraciones de sulfatos a agua con elevadas concentraciones de sulfatos.

¿Cuál es el nivel seguro de sulfatos en el agua de consumo?
De acuerdo con las pruebas científicas de que disponemos, no es posible establecer un valor guía de sulfatos en el agua de consumo basado en criterios de salud.

¿Qué se ha de hacer para evitar los efectos perjudiciales de los sulfatos?
La presencia de sulfatos en el agua puede causar un sabor perceptible. El umbral a partir del cual se percibe este sabor varía desde 250 mg/litro (sulfato sódico) y 1000 mg/litro (sulfato cálcico).

Se recomienda que los recién nacidos alimentados con lactancia artificial, las personas ancianas y aquellas personas que abruptamente pasen de beber agua con bajas concentraciones de sulfatos a agua con elevadas concentraciones de sulfatos, eviten beber agua con concentraciones de superiores a los 500 mg/litro.

¿Cómo se puede saber cuál es el contenido de sulfatos del agua de la red de suministro?
Como ya hemos dicho, la presencia de sulfatos en el agua puede darle un sabor perceptible.

A partir de 500 mg/litro, los responsables del suministro (ayuntamientos o entidades gestoras) tienen la obligación de comunicarlo a la autoridad sanitaria, la cual instará a la entidad gestora a poner este incumplimiento en conocimiento de la población.

Podéis conocer los niveles de sulfatos del agua de vuestra zona de suministro consultando al Ayuntamiento o directamente a la entidad gestora del servicio municipal.

¿Qué hace la Dirección General de Salud Pública y Participación de la Consejería de Salud y Consumo ante un exceso de sulfatos en el agua de consumo humano?
Las actuaciones relacionadas con la presencia de sulfatos en las aguas de consumo humano se centran en el control analítico de las aguas y en actuaciones específicas a fin de minimizar el riesgo.

Además de los autocontroles analíticos que han de realizar los ayuntamientos o las entidades gestoras del suministro de agua para dar cumplimiento al Real Decreto 3/2023, la Dirección General de Salud Pública y Participación, ejerce la vigilancia sanitaria según las directrices generales del Programa de Vigilancia de las aguas de consumo humano de las Illes Balears, que se ha publicado recientemente, y que realiza analíticas de manera periódica.

Actualmente, los resultados de los análisis efectuados en las redes de distribución son remitidos a las entidades gestoras cuando se detecta algún problema, mediante un informe técnico que insta a los responsables del suministro a efectuar las actuaciones oportunas, y supervisa la corrección de esta situación. También se informa de estas actuaciones a los ayuntamientos cuando la gestión del suministro se realiza de forma indirecta.