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ANTECEDENTES

El cambio climático ejerce influencia en las playas a través de alteraciones en los patrones de oleaje y el incremento del nivel del mar. Estos cambios podrían desplazar la zona de ruptura de las olas hacia la costa, afectando así la playa sumergida y su equilibrio dinámico. Como resultado, se verán impactadas la morfología urbana y las actividades económicas desarrolladas a lo largo del litoral.

Las playas, ecosistemas altamente vulnerables a la subida media del nivel del mar (MSLR) y a la erosión de la línea de costa, enfrentan serios desafíos debido al cambio climático. La situación se agrava en las playas urbanas, cuya capacidad de adaptación está restringida por la falta de espacio de alojamiento y la intensa transformación que han experimentado.

En la región mediterránea, donde el crecimiento de la población en áreas expuestas al MSLR es más alto que la media mundial, las playas son especialmente propensas a sufrir el impacto de estos cambios. El auge del turismo de sol y playa ha impulsado la urbanización costera, lo que aumenta aún más la vulnerabilidad de estas áreas.

Para las Islas Baleares en España, una región insular con una economía turística significativa, los efectos del cambio climático podrían tener consecuencias graves. Estudios recientes proyectan pérdidas significativas en el valor recreativo de la zona, afectando directamente al Producto Interior Bruto (PIB) de la región.

Dada la complejidad de las áreas marinas y costeras y la variedad de actores involucrados en su gestión, un enfoque integrado y sostenible es esencial para abordar las medidas de adaptación. Es urgente implementar adaptaciones transformadoras y consensuadas que protejan tanto el medio ambiente como la economía de los asentamientos costeros.

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Playa tras el temporal invierno 2016-2017.
Imagen: Dossier fotográfico Enero 2017 del Ayuntamiento de Sant Llorenç des Cardassar.

ALGUNOS ESTUDIOS CIENTÍFICOS Y MEDIDAS DE ADAPTACIÓN PARA PROTEGER LAS COSTAS DE LAS ISLAS BALEARES

Entre 2018 y 2021, el Sistema de Observación y Predicción Costero de las Illes Balears (SOCIB), el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (CSIC-IMEDEA) y la Universidad de las Illes Balears (UIB) participaron en el proyecto 'Costas por el Cambio', evaluando los impactos y riesgos asociados al aumento del nivel del mar y eventos marinos extremos. Este estudio científico contribuyó a la planificación de medidas de adaptación al cambio climático en las zonas costeras, destacando que las inundaciones permanentes afectarán significativamente al suelo residencial.

Según el análisis, el escenario más adverso del nivel del mar podría afectar a 833 hectáreas de manera permanente y 204 hectáreas de forma eventual para 2050, llegando a un máximo de 3.465 hectáreas permanentes y 427 hectáreas temporales para 2100. Además, se proyecta que aproximadamente 464 playas de arena en las Islas Baleares podrían experimentar directamente la pérdida de superficie de la playa seca y otros servicios ambientales relacionados con el recreo.

En paralelo, entre 2019 y 2021, el Instituto de Hidráulica Ambiental de la Universidad de Cantabria (IHCantabria), SOCIB y la red de ciudades costeras mediterráneas MedCities han trabajado en la Estrategia de protección del litoral en las Illes Balears considerando los efectos del cambio climático, identificando requisitos de gobernanza y estudios científicos esenciales para proteger el litoral balear. La estrategia destaca la necesidad de reforzar la cooperación entre administraciones públicas y propone actividades como estudios de disponibilidad de recursos sedimentarios, mapas de peligrosidad, seguimiento sistemático de la costa y campañas de participación y comunicación. Dada la magnitud prevista del impacto del aumento del nivel del mar, se enfatiza la importancia de una línea estratégica de investigación para garantizar la viabilidad de las soluciones naturales de adaptación a corto, medio y largo plazo.

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CORTO PLAZO

Los sectores socioeconómicos que están viendo cómo temporada tras temporada las playas pierden arena, piden la regeneración de las playas con aporte artificial de sedimento, una solución de alto coste y vida corta que se verá afectada negativamente por el aumento del nivel del mar previsto para mediados de este siglo.

Es, por tanto, una solución que se ha demostrado ineficaz e inviable desde el punto de vista económico y ambiental. Las actuaciones que se desarrollen en los sistemas costeros deben dejar de considerar el corto plazo y buscar soluciones efectivas a medio y largo plazo.

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MEDIO PLAZO

Puede plantearse una recuperación de los sistemas dunares, incluso en playas urbanas. Esto puede hacerse si hay espacio para retroceder, pero en la mayoría de zonas urbanas con playas se han artificializado paseos marítimos impidiendo el retroceso y acomodo de la arena.

Es necesario, por tanto, cambiar la imagen tradicional de cómo debería ser un paisaje urbano de costa: eliminar los grandes paseos marítimos y jardines de cemento y tender a soluciones más cercanas a la naturaleza, como las dunas, que proporcionan una reserva de arena menos vulnerable a las tormentas. (30 años)

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LARGO PLAZO

Con un escenario de cambio climático, no será suficiente con retroceder eliminando el paseo marítimo, habrá que plantearse liberar espacio en la playa eliminando edificios existentes, lo cual supone una reconfiguración profunda de la primera línea costera.

Todas estas actuaciones requerirán debate político y social, y un alto consenso ciudadano por la importancia económica y social de las medidas a adoptar y el elevado presupuesto que deberá destinarse. (60 a 100 años)