El informe «Adicciones comportamentales 2020», elaborado por el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones, a partir de la encuesta ESTUDES, aborda el juego problemático y el trastorno del juego en 2019 y 2020. Este documento señala que el posible juego problemático o trastorno del juego (escala DSM-V ≥1) es mayor entre las personas que juegan online que entre las que juegan de forma presencial, tanto en 2017 como en 2019/2020, en ambos sexos.
Los resultados han permitido observar que las personas que llevan a cabo un posible juego problemático juegan dinero con mayor frecuencia que la población general de 15 a 64 años, tanto en el juego online como en el presencial.
Aunque se muestran grandes diferencias en los tipos de juegos practicados online en función de la presencia o no de un posible juego problemático, son las apuestas deportivas el juego más frecuente en ambos casos. Así mismo, se aprecia una pérdida de peso de las loterías en la población con posible juego problemático.
En cambio, hay diferencias en los juegos practicados de manera presencial, donde se aprecia claramente que la población de 15 a 64 años juega en gran medida únicamente a la lotería, mientras que las personas que presentan un posible juego problemático juegan a una mayor variedad de juegos destacando, además de las loterías, las quinielas, las apuestas deportivas, las máquinas tragaperras y el bingo.
El informe señala que, si se compara la máxima cantidad de dinero gastada en un día se observa que, tanto online como en el juego presencial, son mayores las cantidades de dinero gastadas entre las personas con posible juego problemático.
Además, se ha detectado mayor prevalencia de comportamientos de riesgo, tales como borracheras, binge drinking, consumo de riesgo de alcohol y consumo de tabaco diario, entre las personas con posible juego problemático.
El estudio indica que el 2,2% de la población presentaría un posible juego problemático o trastorno del juego. De manera evolutiva este dato ha decrecido ligeramente con respecto a 2017, cuando dicha prevalencia fue del 2,6 %. Este valor es superior en los hombres.
Según este documento, el informe señala que estamos ante un trastorno del juego cuando éste se convierte en el centro de la vida de una persona, cuando ocupa gran parte de su actividad diaria, pensando en cómo jugar, cuándo o de dónde sacar el dinero para poder jugar, y es incapaz de dejarlo a pesar de la consecuencias negativas que dañan seriamente sus relaciones familiares, laborales o personales.
Se añade, además, que la posibilidad de realizar ciertas actividades online favorece muchos comportamientos potencialmente adictivos, incluido el trastorno de juego. «La inmediatez de la recompensa, la fácil accesibilidad y acceso 24 horas al día, el anonimato y el entorno íntimo que proporcionan las nuevas tecnologías, facilitan la pérdida de control».
Según el documento, este trastorno suele empezar en la adolescencia en los hombres y en edades más avanzadas en mujeres, pasando por diversas oscilaciones, pero con tendencia a convertirse en un problema crónico. Es decir, se considera que el problema tiene un comienzo, seguido de períodos de remisión y agudización durante el resto de la vida adulta.
Entre los jugadores de los últimos doce meses que han contestado la escala DSM-V de la clasificación americana de los trastornos mentales, en 2019/2020 el 2,7 % realizaría un posible juego problemático al haber obtenido una puntuación de 1 a 3 en dicha escala, y el 1 % presentaría un posible trastorno por juego al obtener 4 o más ítems positivos en el DSM-V, según se desprende del estudio. Estos datos supondrían, extrapolándolos a la población española de 15 a 64 años, que el 1,6 % de personas realizarían un posible juego problemático y un 0,6 % presentarían un posible trastorno del juego.
Estudiantes de 14 a 18 años
Entre los estudiantes que han jugado online, el 26,4 % podrían tener un problema de juego problemático, porcentaje que desciende entre los estudiantes de 14 a 18 años que han jugado con dinero de manera presencial hasta el 19,8 %.
Los resultados muestran que los estudiantes que presentan un posible juego problemático juegan mayores cantidades de dinero, tanto a través de Internet como de manera presencial.
Respecto al tipo de juegos online, se observa que los jugadores que presentan un posible juego problemático, han jugado en mayor medida a videojuegos, apuestas deportivas o deportes electrónicos, aunque en aquellos con posible juego problemático son las apuestas deportivas el tipo de juego más jugado.
Respecto al juego con dinero de manera presencial, se observa que son las apuestas deportivas los juegos más jugados por aquellos estudiantes que presentan un posible juego problemático, mientras que entre el total de estudiantes de 14 a 18 años que han jugado en los últimos doce meses a juegos de manera presencial el juego más jugado son las loterías, Primitiva o Bonoloto.
Los estudiantes que realizan un juego con dinero posiblemente problemático presentan mayores prevalencias de consumo intensivo de sustancias como el alcohol, el cannabis y el tabaco que las encontradas entre los estudiantes en general, según el informe.