Marco de referencia

La dimensión del impacto de la pandemia de la COVID-19 y de sus consecuencias económicassobre la sociedad de las Illes Balears ha puesto de relieve la fragilidad del modelo económico balear, marcado por una alta dependencia de la actividad turística y asociado a problemas estructurales de productividad.

La necesidad de diversificar el modelo económico y de superar el sistema de monocultivo turístico se ha hecho más evidente que nunca a raíz de esta crisis. Para hacer efectivo un cambio real, hay que impulsar las transformaciones que permitan que los sectores alternativos predominantes en estos momentos mejoren su contribución en términos de generación de valor añadido.

Los fondos Next Generation EU que moviliza la Unión Europea para la reactivación económica de los estados miembros después de los efectos de la pandemia de la COVID-19 representan una oportunidad histórica para las Illes Balears. La inyección financiera sin precedentes que tendrá a su alcance la Comunidad Autónoma, debe servir no sólo para reconstruir la economía, sino para definir y hacer realidad un nuevo modelo más sostenible, más digital y más justo para las generaciones futuras.

El Govern de les Illes Balears tiene la responsabilidad de acceder al mayor volumen posible de estos recursos mediante el impulso de proyectos de inversión, en coordinación con el resto de instituciones y agentes económicos y sociales.

Uno de los objetivos principales del instrumento Next Generation EU es, precisamente, contribuir a la transición ecológica y digital y construir una economía más equitativa y resiliente; por lo tanto, un objetivo que encaja perfectamente con la necesidad de impulso y transformación que requiere la economía de las Illes Balears.

Y este es el reto que tiene ante ella la sociedad balear en su conjunto, ser capaz de identificar aquellos proyectos que puedan servir de tracción de los cambios que necesita la economía y de acceder a la oportunidad de financiación que ahora se presenta.

La Administración autonómica no disponía hasta ahora de una estructura adecuada y suficientemente ágil para afrontar este reto con suficientes garantías, vista la excepcionalidad del programa europeo. Por eso se ha creado la nueva Consejería de Fondos Europeos, Universidad y Cultura y la Oficina de Planificación y Coordinación de Inversiones Estratégicas a través de la que se dará el impulso que requieren los proyectos que deben ponerse en marcha.

Además, es preciso articular los instrumentos de gobernanza y los mecanismos adecuados de transmisión de iniciativas y propuestas desde el tejido social y económico con objeto de crear canales muy directos entre emprendedores o grupos emergentes con iniciativas relevantes y las estructuras de planificación y gestión de los proyectos.