La insularidad mediterránea y la UE: una estrategia a desarrollar/

La cuenca mediterránea se encuentra en una situación periférica, geográficamente y económicamente, en referencia a la Unión Europea. En este contexto, las islas del Mediterráneo se encuentran, pues, en una situación de doble periferia: periferia para ser islas y periferia para ser mediterráneas.

 

Estos territorios insulares sufren varias desventajas naturales, como se reconoce en el artículo 174 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea, que provocan diferentes limitaciones: discontinuidad territorial, lejanía de los principales centros económicos, territorio reducido, desequilibrios poblacionales, escasez de recursos naturales o naturaleza estacional de sus economías.

 

Así pues, y a pesar de que los territorios insulares del Mediterráneo son heterogéneos entre si, tienen en común unas limitaciones estructurales que provocan una mayor fragilidad de sus sistemas sociales, económicos y ambientales; especialmente en tiempo de crisis multifactoriales y globales como los que vivimos ahora. Como consecuencia de su distancia al continente y de las características de sus sistemas económicos, las islas hacen frente a un coste económico adicional que puede suponer una barrera para su competitividad y, por lo tanto, que puede limitar la capacidad de estos territorios de participar en condiciones de igualdad del mercado único europeo y dificultar el logro de los objetivos establecidos en la Política de Cohesión de la UE. En este sentido, es importante destacar el rol importante que juegan las ayudas de Estado al permitir atenuar los gastos adicionales que supone la discontinuidad territorial, la distancia con el continente, la medida reducida de sus mercados y la carencia de economías de escala.

 

Por otro lado, las islas del Mediterráneo pertenecen a la misma bioregión, caracterizada para ser uno de los grandes puntos calientes en biodiversidad del planeta. No obstante, la riqueza excepcional de los ecosistemas insulares mediterráneos, hay que destacar también su especial vulnerabilidad en el marco del desarrollo socioeconómico actual y de cambio climático, siendo la gestión de los escasos recursos naturales el principal reto de estos territorios.

 

Ante esta realidad compartida, y a pesar de que su desigualdad de base queda recogida en el artículo 174 del TFUE, las islas europeas no cuentan actualmente con una estrategia que permita en estos territorios un desarrollo cohesionado y con igualdad de oportunidades que el resto de territorios de la UE. Por eso, y en el marco de la «Conferencia sobre el Futuro de Europa», los debates abiertos del ciclo La insularidad mediterránea y la UE: una estrategia a desarrollar, pretende analizar cómo se tendría que concretar una estrategia para las islas de la Unión Europea y, más concretamente, aquellas de la cuenca mediterránea.