Nos vamos dando un paseo cogiendo la línea de la costa, hacemos una parada y unas fotos en el hotel que tiene Messi en Ibiza y que las personas residentes querían conocer, especialmente una paisana suya.

Vuelta andando nos compramos unas patatas y unos refrescos en un súper que sale más barato y no está la economía para grandes esfuerzos.

Nos sentamos al sol, cerca del mar y cuando se nos agotan las provisiones vamos para el hogar, dulce hogar...