25 julio 2018 | <9ªL> Conselleria de Medi Ambient, Agricultura i Pesca

Andratx: Cinco años después del gran incendio forestal de 2013 NNota Informativa

Andratx: Cinco años después del gran incendio forestal de 2013

Se elaboró un plan completo de restauración de la zona incendiada con la finalidad de recuperar los hábitats naturales afectados y la calidad del paisaje
Mañana se celebran cinco años del fatídico 26 de julio de 2013, que coincidió con uno de los días más secos y calurosos del año. El incendio se inició en Coma Calenta del término municipal de Andratx y resultó ser uno de los incendios forestales más virulentos y devastadores de la historia de las Islas Baleares.
 
Una negligencia fue el origen y quemó más 2.400 ha, 2.335 de las cuales eran forestales de pinar, carrizales y matorrales, además de obligar a desalojar el pueblo entero de Estellencs. La extensión y singularidad del incendio y el hecho de que un gran número de ciudadanos estuvieran amenazados por las llamas tuvo un seguimiento mediático importante a los medios de comunicación.
 
Las condiciones meteorológicas extremas de baja humedad relativa y temperatura ambiente elevada, junto con las características topográficas complejas de la zona, obligaron a llevar a término un amplio despliegue de mediados de extinción de incendios sin precedentes a las Islas Baleares, que tuvieron que trabajar durante 18 días para poder darlo por extinguido definitivamente. Este incendio ocasionó una gran alarma social, especialmente por la gran cantidad de casas y viviendas en peligro por las llamas. Tanto fue así que el incendio forestal comportó la afectación de 120 inmuebles, 25 de los cuales presentaron daños leves y 35 daños graves, en qué dañó de manera importante la estructura.
 
Vista la singularidad ambiental y la extensión de la zona afectada por el incendio de Andratx, la Conselleria de Medio Ambiente elaboró un plan completo de restauración de la zona incendiada, que se vertebró en cinco ejes de actuación, con la finalidad de recuperar los hábitats naturales afectados y la calidad del paisaje, priorizando los esfuerzos con el fin de evitar la pérdida de suelo por erosión y planificando las medidas urgentes y prioritarias para garantizar la seguridad. Los cinco ejes de actuación fueron : garantizar la seguridad para personas y bienes; control y prevención de procesos de desertificación y prevención de la aparición de plagas; regeneración de la cubierta vegetal; recuperación de las especies de flora y fauna, hábitats y paisajes singulares que había antes del incendio; sensibilizar hacia la necesidad de la autoprotección y difundir la cultura del riesgo.
 
Así pues, con el fin de garantizar la seguridad de bienes y personas se llevó a cabo de manera prioritaria y urgente la abatida y retirada del arbolado que comprometía la seguridad del tráfico de peatones y de vehículos, especialmente a lo largo de la carretera Ma-10 (aproximadamente 11 km), así como la afectación a infraestructuras de comunicación (tendidos eléctricos, de telefonía, caminos, casas, etc.), y también actuaciones de acondicionamiento|condicionamiento de los caminos de la Trapa y de la finca pública de Sa Coma d’en Vidal, para acceder a zonas prioritarias de restauración.
 
Con respecto al control y prevención de procesos de desertificación y prevención de la aparición de plagas, se ejecutaron medidas de control de la erosión en unas 108 ha mediante la confección de fajas y la realización de un lecho protector o mulch con la vegetación quemada y triturada in situ. También se llevó a cabo el desembosque de los árboles muertos y gravemente afectados por incendio forestal, y en aquellos sitios donde era factible este desembosque, el aprovechamiento de la madera y biomasa para energía, en una superficie aproximada de 230 ha; monitorización y seguimiento de los procesos erosivos (estaciones de aforo) y análisis de la evolución de la vegetación, con la finalidad de obtener datos sobre las tasas de exportación sedimento, sobre la respuesta de la vegetación y sobre la efectividad de las actuaciones realizadas; creación de estructuras de prevención contra futuros incendios, como fajas auxiliares de defensa contra incendios forestales en la carretera y caminos principales, y la recuperación de antiguos cultivos agrícolas sobre marjades con la finalidad de crear discontinuidades de combustible; actuaciones de restauración de caminos, "marjades" y cierres perimetrales; seguimiento y control de las poblaciones de insectos susceptibles de generar enfermedades y plagas mediante la instalación de trampas para escolítidos y cerambícidos; recuperación de cultivos e infraestructuras agrarias; reparación de cierres pecuarios, recuperación de zonas de cultivo y fruteros de secano, restauración de espacios tableados, acondicionamiento de viales rurales, etc.
 
En un tercer eje de trabajado es la regeneración de la cubierta vegetal haciendo una evaluación y seguimiento de la regeneración natural en parcelas de seguimiento transectos periódicos, donde se han analizado los parámetros del estado de la regeneración y la afectación por herbivorismo. Se ha hecho una reforestación de 6,1 ha en la zona de sa Gramola y es Campàs, zonas donde la regeneración natural no garantizaba la futura demasiado arborizada. Además, también se ha poblado de planta forestal autóctona de pino carrasco y arbustivas y se han colocado 3.300 protectores contra herbívoros para la regeneración de una zona de 5 ha de la Trapa afectada por el incendio.
 
También se ha actuado con la recuperación de las especies de flora y fauna, hábitats y paisajes singulares que había antes del incendio; se ha hecho un control intenso de la cabra asilvestrada, que podía comprometer la regeneración natural; se ha declarado zona de emergencia cinegética temporal y se ha suspendido la caza en la zona incendiada por un periodo de un año.
 
Todo eso no se habría podido hacer sin una campaña de sensibilización hacia la necesidad de autoprotección y difusión del concepto de “cultura del riesgo”: actuaciones didácticas y de sensibilización, reforestaciones con escuelas, visitas forestales de institutos a la zona afectada, charlas y talleres en los centros educativos, etc.
 
Actualmente se observa una recuperación significativa de la vegetación de la zona incendiada de Andratx. El grado de cobertura forestal llega hoy día cerca del 60%, es decir, se ha pasado de un grado de cobertura nulo (0%) en el 2013, justo después del incendio forestal, al 60% actual. Se encuentra una diversidad de especies vegetales importando y la especie que más cobertura presenta es el carrizo (Ampelodesmos mauritanica), situación habitual en estos estadios de regeneración natural. Con respecto a las especies arborizadas, el pino carrasco es el que más presencia tiene, pero se tiene que continuar con el seguimiento de la viabilidad de los árboles más jóvenes, especialmente después de los periodos de sequía (en verano).
 
A través de la monitorización continuada de la erosión que se lleva a cabo en el área afectada, se registra una tasa de erosión relativamente baja por estos tipos de zonas incendiadas del Mediterráneo (23,2 t/km).2 Este hecho demuestra la efectividad de las infraestructuras instaladas después del incendio forestal (fajitas), la función que proporcionan las "marjades" existentes sobre el territorio y por el hecho de que no haya habido ningún acontecimiento de precipitación torrencial durante estos cinco años lo bastante intenso para movilizar o incentivar los procesos de erosión.
 
Por lo tanto, y como resumen general, se puede afirmar que la regeneración natural de la zona afectada por el incendio forestal de Andratx sigue ahora una evolución positiva (incrementándose de manera progresiva el grado de cobertura vegetal), aunque es importante que se consolide la cobertura arborizada (pino). Por eso, es necesario continuar el control de la cabra asilvestrada, con la finalidad de la recuperación del paisaje y de los servicios ecosistémicos que proporciona el bosque, fomentando la conservación de los bancos de semillas de las especies arbóreas y de la regeneración natural.
 
La Conselleria de Medi Ambient, junto con la Universitat de les Illes Balears, elabora ahora un libro que recoge todo el seguimiento y monitorización hecho durante estos cinco años (2013-2018) en el área afectada por el gran incendio forestal, con datos relevantes de la efectividad de las actuaciones de conservación de suelos y de la evolución de la regeneración natural de la vegetación afectada, así como un conjunto de las intervenciones de conservación realizadas. Se espera que en los próximos meses esta publicación esté al alcance de los gestores y conservadores de los espacios naturales, escuelas e institutos, así como del público en general interesado en la materia.