10 enero 2017 | <9ªL> Conselleria de Medi Ambient, Agricultura i Pesca

Las zonas de especial protección para las aves (ZEPA) de las Islas Baleares se amplían 11.775,03 hectáreas NNota Informativa

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Las zonas de especial protección para las aves (ZEPA) de las Islas Baleares se amplían 11.775,03 hectáreas

\ La Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca declara o amplía once ZEPA: ocho en Mallorca, dos en Eivissa y una en Formentera
\ Corresponden a dos islotes, un peñascal marino, una zona húmeda y varias zonas forestales, de garriga, y de cultivos cerealísticos de secano

 
La Consejería de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca ha detectado la conveniencia de declarar o ampliar once zonas de especial protección para las aves (ZEPA). Así lo ha anunciado su titular, Vicenç Vidal, que ha detallado que “ocho de estas zonas se encuentran en Mallorca, dos en Eivissa y una en Formentera”. Las ZEPA corresponden a dos islotes, un peñascal marino, una zona húmeda de 43,85 ha y varias zonas forestales (3.690,51 ha), de garriga (5.401,96 ha) y de cultivos cerealísticos de secano (2.593,74 ha), que hacen un total de 11.775,03 ha, superficie que representa un incremento del 8,44%.
 
Las nuevas ZEPA de Mallorca estarán situadas en la costa noroeste de la isla, con 560,83 ha; en Maristany, con 43,85 ha; en el pla de Vilafranca, con 1.732,72 ha; en el pla des Blanquer, con 861,02 ha, y en Son Real, con 908,60 ha. En Eivissa se declararán ZEPA 2,78 ha de la isla de Calders y 0,69 ha de Cala Salada, mientras que la de Formentera, en Punta Prima, abarcará 41,95 ha.
 
Además, también se declarará ZEPA el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) del Macizo de Randa, de 2.142,06 ha, y se ampliarán 987,62 ha el LIC de sa Costera (Binis-Montcaire) y 4.493,36 ha el LIC de la Marina de Llucmajor.
 
“Hacía ocho años que no se revisaban las zonas de especial protección para las aves, y estas nuevas declaraciones tienen el objetivo de beneficiar varias especies de aves marinas, aves de rapiña y aves esteparias”, ha recordado el director general de Espacios Naturales y Biodiversidad, Miquel Mir, como el águila pescadora, la gaviota roja, la pardela balear, el cormorán grande, el milano, el halcón peregrino, el halcón marino, el cernícalo primillao, el cernícalo patirrojo, la lechuza campestre, el chorlitejo patinegro, el aguilucho lagunero, el aguilucho cenizo, el chotacabras europeo, el alcavarán común, la codorniz, la cogujada, la terrera, la curruca balear y la curruca rabilarga entre otros.
 
El objetivo es que la iniciativa se tramite durante los próximos meses, a fin de que la declaración pueda ser aprobada por el Consejo de Gobierno antes del verano. Hace falta primero un informe de todas las administraciones, tanto de los ayuntamientos como de los consejos insulares, el resto de consejerías y el Estado, para someterla posteriormente a la audiencia pública de las personas interesadas a fin de que, finalmente, pueda ser aprobada por medio de un acuerdo del Consejo de Gobierno.
 
¿Qué son las ZEPA?
 
Una ZEPA es una figura europea para la conservación de las aves migratorias o sedentarias que forma parte del sistema Red Natura 2000. Las ZEPA tienen que ser tantas y tan extensas como sea necesario para garantizar la conservación de las aves europeas que tienen que ser objeto de medidas especiales por su hábitat, que según la Directiva son unas doscientas especies, con prioridad por las amenazadas de extinción, las vulnerables a determinadas modificaciones de su hábitat, las especies raras de poblaciones poco abundantes o de distribución limitada y otras especies de hábitats de carácter específico. De hecho, cada ZEPA se crea para determinadas especies, y no se pueden llevar a término actuaciones incompatibles con su conservación.
 
La ZEPA que se propone en el noroeste de Mallorca, entre Banyalbufar y Estellencs, se debe a la presencia del águila pescadora, el buitre negro, el cuervo marino y la curruca balear. La de Maristany, en la zona de s’Albufera, destaca por los pájaros acuáticos que están presentes, mientras que la del pla de Vilafranca, una zona eminentemente agrícola, conviven el aguilucho cenizo, la codorniz, la terrera o la arpella, las mismas aves que habitan en la del pla des Blanquer, en la zona de Santa Margalida, a las cuales se añade el cernícalo patirrojo. Con respecto a la propuesta de ZEPA de Son Real, consiste en ampliar una pequeña parte que ya estaba declarada ZEPA, añadiendo la finca pública y los alrededores.
 
En la isla de Calders, en Eivissa, destaca la presencia de la gaviota roja y el cormorán grande, las mismas aves que en la de Cala Salada, que pertenece a Sant Antoni de Portmany. Con respecto a la propuesta de ZEPA de Punta Prima, en Formentera, afecta a los acantilados dónde se encuentra la única colonia de pardela balear que no tenía una protección efectiva. Además, es una zona de cría del águila pescadora, y conservarla podría volver a hacer posible que esta rapaz se volviera a instalar.
 
Volviendo a Mallorca, en el macizo de Randa destaca la presencia del milano y del águila perdicera, tal como ha explicado el jefe del Servicio de Protección de Especies, Joan Mayol, que ha subrayado que se trata de una especie reintroducida mediante el proyecto Life Bonnelli, en virtud del cual las Islas Baleares se comprometieron con la Unión Europea a declarar ZEPA las zonas donde se hubiera recuperado, cosa que todavía no se había hecho.
 
Con respecto a sa Costera, “inexplicablemente no se había declarado ZEPA esta parte de la sierra de Tramuntana”, según Mayol, donde conviven el buitre negro, el águila perdicera, la pardela balear, el águila pescadora y la gaviota roja. Para acabar, con respecto a la propuesta de la Marina de Llucmajor, se amplía la parte actual, que es sólo costera, a causa de la presencia y la nidificación del milano y el águila perdicera.
 
Cuando un área cumple determinados criterios es obligatorio declararla ZEPA, y sólo razones excepcionales, de interés público genuino, permiten modificarla. Se trata, por lo tanto, de una figura de protección muy poderosa para las especies que ampara. La principal diferencia con un parque o una reserva es que no incluye ningún aspecto de uso público, y que la protección, mediante un plan de gestión, es específica para las especies declaradas. Es decir, no se limita ningún uso compatible con estas especies.