16 febrero 2017 | <9ªL> Conselleria de Salut

La valoración y el tratamiento del dolor en la infancia ha sido el tema de debate en la Jornada de Enfermería que ha tenido lugar en el Hospital de Manacor NNota Informativa

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La valoración y el tratamiento del dolor en la infancia ha sido el tema de debate en la Jornada de Enfermería que ha tenido lugar en el Hospital de Manacor

Organizada con la colaboración del Hospital Son Llàtzer, han acudido más de cien participantes
A lo largo de este jueves ha tenido lugar en el Hospital de Manacor la Jornada de Enfermería sobre el Dolor en la Infancia, organizada con la colaboración del Hospital Son Llàtzer y que ha tenido una participación numerosa.
 
Tal como han explicado en la presentación de la Jornada la directora de enfermería del Hospital de Manacor, Francesca Rosa Rosal, y la subdirectora de enfermería del Hospital Son Llàtzer, Verónica Lluch, cualquier acto terapéutico provoca dolor en los adultos y también lo produce en los recién nacidos y en los niños. Este tema y la necesidad de que todos los profesionales sanitarios intenten minimizar los estímulos dolorosos han sido las cuestiones centrales de las mesas de expertos y de experiencias.
 
En este sentido, se ha apuntado que son muchos y frecuentes los procedimientos aplicados durante los cuidados de los recién nacidos y de los niños ingresados (extracciones de sangre, canalización de vías, controles de glucemia, sondas...) que resultan dolorosos o, cuando menos, estresantes. Además de reconocer el dolor, los recién nacidos que están en incubadoras también son capaces de reconocer el sufrimiento, la ansiedad y el miedo.
 
También se ha explicado que la definición de dolor es ‘una experiencia sensorial y emocional no placentera que va asociada a un dolor tisular real o potencial’. Durante años ha existido la creencia de que los recién nacidos, dada su inmadurez biológica, no perciben el dolor o lo toleran mejor, creencia que actualmente está descartada: en 1980 la evidencia científica demostró que los recién nacidos —tanto los que son a término como los prematuros— experimentan más dolor que las otras personas porque no tienen mecanismos inhibidores del dolor y del estrés. Ahora se considera que cualquier acto terapéutico que provoque dolor a los adultos también lo hará a los recién nacidos y a los niños. Las últimas evidencias demuestran incluso la importancia de la analgesia preventiva.
 
El planteamiento del dolor necesita sin duda una motivación y la concienciación de la necesidad de que los profesionales sanitarios minimicen los estímulos dolorosos, prioricen las medidas preventivas e integren a la familia en los cuidados.