27 julio 2017 | <9ªL> Presidenta

Entregadas las llaves de las viviendas de protección oficial de Formentera, con medidas medioambientales pioneras NNota Informativa

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La presidenta Armengol adelanta que la política de vivienda pública será una prioridad en los presupuestos del 2018

Entregadas las llaves de las viviendas de protección oficial de Formentera, con medidas medioambientales pioneras

La presidenta del Govern de les Illes Balears, Francina Armengol, acompañada del presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer, y del conseller de Territorio, Energía y Movilidad, Marc Pons, ha entregado hoy las llaves de las viviendas de protección oficial construidas en Sant Ferran. Son pisos de una promoción con medidas medioambientales pioneras en las Islas Baleares.

La promoción, que a partir de hoy podrá ser ya habitada, culmina el proceso iniciado en abril de 2010 durante el anterior gobierno progresista. “Veníamos de una sequía en políticas de vivienda. Y ha sido la izquierda, cuando vuelve a gobernar, la que tiene conciencia de la necesidad de vivienda pública, especialmente de alquiler social”, ha explicado Armengol, que ha añadido que “estos pisos de alquiler social son una apuesta firme de este Govern para demostrar que las inversiones públicas también se pueden hacer con criterios sostenibles, en especial para una tierra como Formentera”.

La jefa del Ejecutivo de las Illes ha reconocido que “todavía queda por hacer” y, por este motivo, ha avanzado que “las políticas de vivienda pública serán una prioridad en el presupuesto para el año 2018 porque somos conscientes de la realidad que existe: que todavía no se cumple el precepto constitucional de acceso a la vivienda”.

La entrega de llaves de esta promoción de vivienda para alquiler social demuestra que “las palabras se convierten en hechos”, ha remarcado a la presidenta.

Hoy se han entregado un total de 12 llaves porque queda para adjudicar la vivienda adaptada, reservada para solicitantes con necesidades especiales, y una última vivienda que está en trámite de adjudicación.

La adjudicación de las viviendas se ha dividido en dos grupos.

En primer lugar, se han reservado 6 viviendas para personas en situación de más vulnerabilidad, con menos recursos (con ingresos máximos de 9.940 euros anuales para núcleos de una persona y de hasta 12.780 para núcleos de tres personas o más). Se han asignado 6 viviendas en este bloque.

El segundo grupo de viviendas se ha destinado a personas con ingresos máximos de 24.850 euros (una persona de núcleo familiar) o 31.915 (tres personas o más). Se han asignado 8 viviendas en este bloque.

Todas las personas que han resultado adjudicatarias acceden a contratos de alquiler con precios adaptados (que nunca pueden suponer más del 30% de los ingresos). Los precios van de los 197 euros a los 291 euros el más alto (más gastos de comunidad).

Los contratos tienen una duración de tres años prorrogables, siempre que se siga cumpliendo con los requisitos.

Para acceder a las viviendas se han presentado un total de 158 solicitudes y se han ofrecido viviendas hasta los 32 solicitantes, porque ha habido algunas renuncias.

En cuanto a los perfiles de los adjudicatarios
En el caso de las viviendas del tramo de menos ingresos, de mayor vulnerabilidad, hay que destacar que el perfil mayoritario es el de mujer divorciada o joven, con una media de 40 años de edad, con un hijo menor. La media de ingresos es de 7.699 euros. En el caso de las viviendas para personas del tramo de viviendas con ingresos de hasta 31.000 euros, los perfiles son heterogéneos, con una edad más elevada (47 años) y una media de ingresos de 17.630 euros.

Se trata de viviendas de entre 57 y 72 metros cuadrados y que tienen capacidad para 3 personas unos y para 4 los otros.

Características de la promoción
Esta promoción –que se ha construido sobre un solar aportado por el Consell de Formentera y por el Ibavi– es, además, especial porque es un prototipo de construcción con medidas medioambientales pioneras en las Illes Balears y que ha permitido obtener la ayuda europea del programa “Life+ 2012”.

El proyecto, con el nombre “Life Reusing Posidonia”, ha tenido un coste de 1.373.361 euros, de los cuales se reciben 754.012 del programa “Life”.
Tanto el proceso de construcción de las viviendas (con una reducción muy importante de la contaminación por los materiales que utiliza) como los consumos (agua, energía...) una vez que estén habitados son objeto de un seguimiento específico (del cual se tiene que rendir cuentas a la Unión Europea) que hará que sirva de modelo para desarrollar las futuras normas de construcción sostenible en Europa.

Es un proyecto denominado de monitorización ambiental financiada para la Unión Europea (proyecto “Life Posidonia”) y que, además de datos sobre el proceso de construcción, incluye la recopilación de datos sobre consumo (de agua y de biomasa como fuente energética para la calefacción y los calentadores de agua) hasta mayo de 2018 para proporcionar pautas a la Unión Europea para redactar las futuras directivas de construcción sostenible.

El proyecto fue redactado entre 2010 y 2011. Las obras se iniciaron en mayo de 2014 y han finalizado en marzo de 2017. Se trata del primer edificio plurifamiliar de clase energética A en las Illes Balears. Entre sus principales características destaca la reutilización de la posidonia oceánica seca como aislamiento térmico. Otros residuos utilizados en este proyecto son los cantos rodados de obra, los áridos de la excavación y carpinterías de segunda mano.

Esta reutilización de materiales y la utilización de elementos lo más ecológicos posibles (evitando al máximo el hormigón armado, productos derivados del petróleo y PVC) ha permitido reducir un 50% la contaminación durante el proceso de construcción. De hecho, la reutilización es el principal método de reducción de emisiones de CO₂. También se ha conseguido reducir un 50% los residuos de obras.
 
La previsión es que, para su modelo de construcción y de consumos, estas viviendas permitan reducir un 75% el consumo de energía del inmueble durante su vida útil y un 60% el consumo de agua.
 
Por todo eso, los adjudicatarios se comprometen en su contrato de alquiler a hacer consumos responsables, a facilitar el seguimiento de los datos de consumo y a hacer un uso sostenible de la vivienda (por ejemplo, no se puede poner aire acondicionado o sembrar césped).