1 junio 2017 | <9ªL> Conselleria d'Educació i Universitat

Casi 900 alumnos con enfermedades crónicas han recibido atención específica en los centros educativos de las Baleares NNota Informativa

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Casi 900 alumnos con enfermedades crónicas han recibido atención específica en los centros educativos de las Baleares

Salud y Educación han hecho balance del funcionamiento del Protocolo para atender alumnos con problemas crónicos en las escuelas
El conseller de Educación y Universidad, Martí March, y la consellera de Salud, Patrícia Gómez, han presentado hoy los resultados del primer curso de implantación del Protocolo de atención a niños y jóvenes con problemas de salud crónicos en los centros educativos. Les han acompañado el director general de Innovación y Comunidad Educativa, Jaume Ribas, y la directora de Enfermería de la Gerencia de Atención Primaria, Maria Antònia Font.
En los centros educativos de las Islas Baleares hay escolarizados niños y jóvenes con problemas de salud. Por lo tanto, es posible que sean necesarias ciertas intervenciones dirigidas a estos alumnos, con procedimientos como la administración de medicamentos u otras actuaciones, y, a la vez, que surjan dudas sobre la atención que se tiene que proporcionar a los niños y jóvenes durante el periodo escolar. Hay que mencionar que la presencia y el número de alumnos con enfermedades crónicas en los centros educativos ha ido en aumento los últimos años. Son niños y jóvenes con cardiopatía, asma, diabetes y otros desórdenes metabólicos, cáncer, pluridiscapacidad con problemas respiratorios o de alimentación, etc., que necesitan una atención conjunta sanitaria y educativa.
March ha explicado que “para nosotros la idea de escuela inclusiva es fundamental y la escuela actualmente es un espacio de educación y socialización que cada vez tiene más niños con problemas de diferentes  tipos  que tenemos que atender de manera adecuada. Con este protocolo garantizamos que están bien atendidos a través de la coordinación de Salud y Educación y para nosotros es primordial el hecho de dar tranquilitat a profesores y familias”. Gómez ha afirmado que la coordinación de Salud y Educación es un objetivo fundamental del Protocolo pero también el fomento de la autonomía de los alumnos y, especialmente, la formación de los profesores.
Los datos provisionales del curso actual muestran que en las Baleares hay 895 alumnos con alguna enfermedad crónica (MC) diagnosticada. De estos niños, 164 (141 en Mallorca, 14 en Menorca y 9 en Ibiza y en Formentera) han requerido tareas de coordinación específica, debido a  la complejidad que presentaban, mientras que el resto de casos han sido coordinados por los equipos sanitarios de los centros de salud de referencia. De acuerdo con la normativa vigente, la función sanitaria corresponde a Salud y las tareas de control o vigilancia son propias del personal de los centros educativos.
El Protocolo implantado este curso por primera vez a las Baleares afecta todas las enfermedades que requieren atención sanitaria mientras los alumnos están en la escuela. El objetivo de Educación y Salud es que sufrir alguna de estas enfermedades no suponga un obstáculo en la escolarización. Por eso se establecen estrategias que garanticen tanto la atención y las curas que necesitan estos alumnos como la escolarización en las condiciones que se consideren más adecuadas en cada caso. Para hacerlo posible es necesario coordinar profesionales sanitarios, profesionales del centro educativo y, por supuesto, la familia y el mismo alumno.
Las enfermedades crónicas más frecuentes a la niñez son el asma, la diabetes, el cáncer, las enfermedades cardíacas y los desórdenes de salud mental. Además de estas, en los centros educativos de las Baleares hay otras enfermedades poco frecuentes que también requieren atención especializada.
 
Un protocolo para la autonomía y la seguridad
Para atender todo este abanico de necesidades, Educación publicó a principio del curso 2016-2017 unas orientaciones para el tratamiento de la salud a los centros educativos. Pero pronto se hizo patente que  había una casuística muy diversa que obligaba a elaborar un protocolo más ambicioso para regular una acción coordinada entre Salud y Educación en las escuelas, con objeto de dar tranquilidad a los docentes, a las familias, a los alumnos y a los profesionales sanitarios.
En este sentido, las consellerias de Educación y Universidad y de Salud han elaborado un protocolo de coordinación entre todas las personas implicadas, de forma que se pueda garantizar que todos los niños escolarizados en un centro educativo de las Islas Baleares recibirán la atención sanitaria que requieren para acceder a una escolarización adecuada, segura, inclusiva y en condiciones de equidad con sus compañeros.
 
Con este objetivo, el Protocolo prevé actuaciones coordinadas de todos los agentes educativos y sanitarios tanto desde un ámbito global, con acciones formativas para todos los integrantes de los centros educativos con alumnos con necesidades, como mediante acciones específicas para enfermedades concretas, pero sin dejar de lado un objetivo primordial: el fomento de la autonomía personal. Se pretende, así, que los alumnos con enfermedades crónicas, según las circunstancias, tengan las herramientas necesarias para tratar sus necesidades de salud de manera autosuficiente y dispongan de la preparación necesaria para un futuro tan autónomo como sea posible.
El Protocolo marca un itinerario de actuación claro y ordenado para todos los implicados: profesionales sanitarios, personal del centro educativo y familias. De entrada, la familia tiene que autorizar la inclusión del alumno en el Protocolo de acuerdo con la escuela y el centro de salud. Esto supone que se le incluya en la Aplicación para la Gestión Educativa de las Islas Baleares (GESTIB) y en el registro del Centro Coordinador de Atención Temprana y Desarrollo Infantil (CAPDI). Una vez hecho esto, se crea una comisión de seguimiento del caso, integrada por el equipo de salud, el equipo educativo, el alumno y la familia, para coordinar las actuaciones que se tienen que hacer en el centro educativo, de acuerdo con un informe de valoración del profesional sanitario. Esto permite planificar la atención al  alumno y programar la formación correspondiente para docentes y alumnas.
En el supuesto de que sea necesario, se tiene que incluir el alumno en el Programa de Alerta Escolar. Este Programa facilita la atención inmediata y eficiente de los alumnos escolarizados que tienen una patología crónica que puede dar lugar a una urgencia vital mediante la formación sanitaria adecuada en materia de primeros auxilios, en caso de emergencia, de los profesores que los atienden. Estas patologías crónicas son las siguientes: asma grave, alergias con riesgo de anafilaxis, epilepsia/crisis convulsiva, cardiopatías congénitas con riesgo de muerte repentina y diabetes/hipoglucemia. Los profesores reciben una formación que permite atender estos alumnos mientras llega el personal del 061.
El Protocolo establece que en todas las actuaciones se  tienen que implicar los niños y sus familias. Además, las acciones derivadas del Protocolo y del Programa de Alerta Escolar se tienen que gestionar conjuntamente desde el Servicio de Atención a la Diversidad y los servicios de salud.
 
Más del 90 % de los centros de salud han impartido formación a docentes
Los primeros resultados provisionales indican que el Protocolo ha mejorado notablemente tanto la coordinación como la detección de los casos y la atención de los niños. De hecho, desde su implantación se han registrado más casos de alerta escolar, puesto que se ha pasado de los 146 del curso 2014-2015 a los 356 del curso actual.
Las acciones que se han llevado a cabo han sido actuaciones de acompañamiento, asesoramiento y formación de los profesores; intervenciones individuales con niños que tienen alguna enfermedad crónica con necesidades sobrevenidas, y participación en comisiones de salud o de seguimiento de casos de los centros educativos.
Más del 90 % de los centros de salud de las Baleares han impartido formación específica a un total de 260 docentes y 6 auxiliares técnicos educativos. Además, se tiene que tener en cuenta que desde el 2015 se han formado 777 docentes en el Programa de Alerta Escolar en 130 centros educativos.
 

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