11 abril 2022 Consejería de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática

Homenaje en Praga a los deportados españoles asesinados en Hradischko cuyas cenizas han sido localizadas en el crematorio de Strasnice NNota Informativa

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Homenaje en Praga a los deportados españoles asesinados en Hradischko cuyas cenizas han sido localizadas en el crematorio de Strasnice

Entre ellos se encuentra el mallorquín Rafael Moyà Pujol, natural de Sant Elm (Andratx), emigrado a Francia y deportado como enemigo político al campo de concentracion nazi de Hradischko

Un equipo de investigadores y familiares localizaron el pasado verano las cenizas de seis españoles deportados al campo de concentración nazi de Hradischko (República Checa). Habían sido ocultadas durante la II Guerra Mundial por el administrador del crematorio de Stranice (Praga), el Sr. Frantisek Suchy, quien también habría elaborado una lista clandestina con los nombres de las más de 2000 personas cuyos cuerpos fueron enviados por los nazis al crematorio de Praga.  

Es en esa lista clandestina donde, tras meses de investigación, el equipo conformado por Unai Eguia, Antón Gandarias -sobrino del deportado Ángel Lekuona- y Antonio Medina -nieto del deportado Antonio Medina- localizan el pasado mes de agosto los nombres de Enric Moner (Figueres, Girona); Ángel Lekuona (Busturia, Bizkaia); Antonio Medina (Motril, Granada); Pedro Raga (Ulldekona, Tarragona); Vicente Vila-Cuenca (Alberic, Valencia); y del mallorquín Rafael Moyá Pujol, natural de Sant Elm (Andratx), emigrado a Francia y deportado como enemigo político al campo de concentración nazi de Hradischko. En la lista de Suchy, todos ellos aparecen con idéntica fecha de defunción y cremación: 9 y 10 de abril de 1945, menos Vicente Vila-Cuenca, muerto el 19 de abril e incinerado el día 23, apenas 3 días antes de la evacuación del campo.

A ellos habría que añadir el nombre de una séptima persona, identificada hace apenas unas semanas: Antonio Clemente (Vera, Almeria), que habría muerto y sido incinerado unos días más tarde y cuyas cenizas fueron trasladadas y enterradas en Francia después de la guerra. 

Localizarlos ha sido posible gracias a la colaboración, entre otros, del director de Archivos Penitenciarios de la República Checa, Alex Kyr, que conservaba una copia de la lista clandestina elaborada por Suchy, y del administrador de cementerios de Praga, Julius Mlčoch, quien confirmó que, efectivamente, este hecho era correcto.

Ambos han participado en el acto que los familiares de los deportados y el Ayuntamiento de Praga han organizado este lunes, con motivo del aniversario de las fechas de su muerte, en el memorial que erigió el gobierno de la antigua Checoslovaquia a las víctimas del exterminio nazi en el propio cementerio-crematorio de Stranice.

Allí descansan, casi 80 años después, las cenizas de los deportados españoles, junto a las de otros muchos deportados y deportadas de la República Checa y de otras nacionalidades, y hasta allí se han desplazado el secretario autonómico de Sectores Productivos y Memoria Democrática del Govern de las Illes Balears, Jesús Jurado, y el director general de Memoria, Marc Andreu Herrera.

“Es la primera vez que se les rinde homenaje sabiendo algo tan excepcional como las circunstancias, las razones, y la fecha exacta de sus asesinatos y su posterior incineración”, ha explicado Unai Eguia, uno de los investigadores.

“El franquismo cometió muchos crímenes, al amparo de su alianza con Hitler y Mussolini, y uno de los peores fue dejar matar a cientos de republicanos, de luchadores contra el nazismo, en campos de concentración y de exterminio como Buchenwald, Mathausen o Hradischko. A diferencia del resto de Europa, en España no hubo día D. El dictador Franco cambió de chaqueta de puertas afuera y sobrevivió hasta morir en la cama en 1975. De puertas adentro la pesadilla continuó. Cuando llegó la esperada democracia, los “padres de la constitución” prefirieron olvidarse de las víctimas enterradas en fosas y cunetas y también de las de los campos de concentración. 40 años de terror, y otros 40 años de silencio vergonzoso. Hasta ahora”, ha lamentado el secretario autonómico de Memoria Democrática del Govern, Jesús Jurado.  

También han participado en el acto el director general del Memorial Democratic de la Generalitat de Catalunya, Vincenç Villatoro; la directora del Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos Gogora (Euskadi), Aintzane Ezenarro; el Alcalde de Hradischko, Radka Svobodová; el director del Memorial - Campo de concentración de Flossenbürg, Jörg Skriebeleit; y la viuda de Frantisek Suchy, Eva Suchy.  

 El campo de concentración nazi de Hradiscko y la lista clandestina de Suchy

Más de 100.000 personas fueron deportadas al complejo de Flossenbürg y sus campos anexos (cerca de 100 subcampos o komandos) entre 1938 y 1945. El número de víctimas mortales se cifra en torno a los 30.000. Entre ellas hubo, al menos, 40 personas de nacionalidad española que fueron trasladadas al subcampo K-13, en las proximidades del pueblo de Hradischko, una zona militarizada que servía de zona de entrenamiento para los jóvenes de las SS. Solo en Hradischko, los nazis ejecutaron a unos 200 deportados en los días previos a su evacuación, el 26 de abril de 1945.

Hradischko no era un campo de exterminio, era un campo de trabajos forzosos que enviaba los cadáveres de sus víctimas a los hornos de Flossenbürg, situado a 200 km. Hacia el final de la guerra, sin embargo, y debido probablemente al avance de las tropas aliadas y soviéticas, a la interrupción de las comunicaciones por tren y por carretera, y a la voluntad de hacer desaparecer a los prisioneros del campo, los oficiales de las SS que gobernaban Hradischko aceleraron el ritmo del exterminio y decidieron enviar los cadáveres de sus víctimas al crematorio civil de Strasnice.

El administrador del crematorio, Frantisek Suchy, incumpliendo las ordenes nazis y arriesgando su vida y la de su familia, en lugar de hacer desaparecer los restos de los cadáveres, optó por guardar sus cenizas, por separado, en urnas individuales, numerarlas y ocultarlas en el cementerio del crematorio. Él y su hijo tomaron nota, además, de la identidad de las víctimas, su número de deportado, la fecha de su muerte, y la fecha de su cremación. 

El pasado mes de agosto de 2021, y tras meses de investigaciones, Unai Eguia, Antón Gandarias y Antonio Medina localizan en esa lista a los 6 deportados españoles. A ellos hay que añadir un séptimo, enterrado en Francia, que ha sido recientemente identificado

El campo de concentración nazi de Flossenbürg y sus subcampos anexos fueron liberados por tropas estadounidenses el 23 de abril de 1945.

Tras la IIGM (en 1945) una misión de repatriación francesa tiene noticias de este hecho y se descubren las urnas con las cenizas del lugar en el que las había ocultado Suchy, el administrador del crematorio. En ese momento, Francia repatría las cenizas de sus deportados, algo más de 80, y con muchas dificultades, intenta retornarlas a sus familias.

Las demás urnas no reclamadas, entre ellas las seis de las siete personas homenajeadas hoy, se entierran con honores en el crematorio-cementerio de Strasnice, donde el gobierno de la antigua Checoslovaquia erige un memorial a las víctimas del exterminio nazi.

Casi 80 años después, los restos de los españoles descansan en ese mismo memorial donde las autoridades checas les rinden homenaje cada 8 de mayo, con motivo del Día de la Victoria.

RAFAEL MOYÀ PUJOL 

Natural de Sant Elm (Andratx), donde nació el 15 de agosto de 1904, Rafel Moyà Pujol, fue el cuarto de nueve hermanos, de los cuales siete emigraron a Francia. Hijo de Rafel Moyà «Perxota» y de Aina Pujol Palmer, siendo sus hermanos: Bartomeu, Margalida, Sebastià, Aina, Gabriel, Pere Joan, Jerónima y Maties. Nacionalizado francés, murió el 9 de abril de 1945 en el campo de concentración nazi de Hradischko, en la República Checa, donde fue deportado como enemigo político por defender sus ideas, por defender una Francia libre. 

Fue incinerado en el Crematorio Civil de Strasnice el 10 de abril de 1945. 

Desde el 18 de marzo de 2021 una piedra Stolprestein recuerda a Rafael Moyà Pujol en el mirador de Fabioler de la pedanía de Sant Elm, en el municipio mallorquín de Andratx. 

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