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30/12/2018
DISCURSO DE FIN DE AÑO DE LA PRESIDENTA DE LAS ILLES BALEARS
DISCURSO DE FIN DE AÑO DE LA PRESIDENTA DE LAS ILLES BALEARS
Felices fiestas, amigos y amigas,

Han pasado tres años desde que tuve el honor de dirigirme por primera vez a todos vosotros durante estas fiestas. Fue un momento que recuerdo intensamente por la emoción y la responsabilidad sentidas, unas sensaciones que desde entonces sólo han aumentado con las experiencias vividas a vuestro lado.

Por eso, quiero agradeceros la oportunidad de compartir con todos vosotros unos minutos estos días tan especiales. Son fechas en las que disfrutamos de los nuestros, nos reencontramos y miramos juntos hacia el futuro para renovar nuestro compromiso con lo mejor de lo que somos.

Yo lo tengo muy claro: lo mejor de lo que somos está en cada uno de los ciudadanos y ciudadanas de Menorca, Mallorca, Ibiza y Formentera. Siento el orgullo de descubrirlo cada día en nuestras calles, nuestros pueblos y barrios, en cada aliento de esta sociedad generosa, trabajadora, solidaria y optimista que nos confía sus ilusiones y nos impulsa a hacerlas realidad. 

Acaba un 2018 que, en los peores momentos, nos ha recordado nuestras mejores virtudes. Porque ha sido un año de consecuciones y de éxitos, sí, pero también de momentos duros. Un año en el que sentimos íntimamente el dolor causado por tragedias como la riada del Levante de Mallorca y sufrimos la punzada aterradora de una violencia machista que nos sigue asediando con toda su barbarie inaceptable.

Por eso sé que los pensamientos de los que formamos parte de esta gran familia que somos las Illes Balears estarán siempre con los que nos dejaron, de la misma manera que nuestro afecto y apoyo acompañará siempre a quienes tanto perdieron durante los días más difíciles de este 2018 que despedimos.

En los momentos oscuros encontramos la luz de lo que somos. 

Hemos sufrido como nunca habíamos esperado y hemos reaccionado como nunca habíamos imaginado. Hoy sabemos que somos la sociedad solidaria que respondió a la riada más trágica con el espíritu generoso de los miles de profesionales y voluntarios que lo dejaron todo para correr a ayudar a los otros.

Somos la sociedad responsable y sensible que ha gritado “ni una menos" cada vez que nos ha golpeado la violencia.

La comunidad comprometida que ha salido a la calle para reclamar la vida en igualdad que todo el mundo merece.

Una sociedad que sabe que está en nuestras manos, en las de todos nosotros, hacer mucho más para construir unas Illes Balears donde las mujeres puedan vivir siempre sin miedo. Libres y en igualdad.

Y somos también una sociedad con un futuro brillante. Nos lo demuestran los jóvenes que este 2018 nos han dado una lección de vida para dejar claro que el presente también es suyo. Ellos acudieron a miles en el Levante de Mallorca, ellos han liderado la reacción ante cada injusticia y ellos llenan de ilusión nuestro mañana, que sabemos que sólo puede ser mejor.

Juntos sufrimos y juntos nos recuperamos.

También aquí en Menorca, desde donde hoy me dirijo a todos vosotros, se han vivido las consecuencias de un fenómeno meteorológico, un cap de fibló, que durante días privó de electricidad a miles de menorquinas y menorquines.

Fue una situación indigna para una sociedad como la nuestra en pleno siglo XXI. Seguiremos trabajando para que un episodio como este no se vuelva a repetir. Y, para conseguirlo, tenemos que mantener la unidad que tan buenos réditos nos ha dado. 

De todos es hoy el 75% de descuento de residente que tenemos que blindar y vigilar para que sea íntegramente disfrutado por la ciudadanía. 

Y de todos será el nuevo Régimen Especial que estamos luchando por estas islas para compensar las desventajas que nos provoca la insularidad.

Quiero agradecer el apoyo recibido en todo momento del conjunto de la sociedad civil de estas islas. Juntos lo conseguiremos. Y no nos detendremos: seguiremos reclamando, en Madrid y en Bruselas, las mejoras de financiación, herramientas e inversiones que tienen que contribuir a elevar la calidad de vida de todos.

El éxito en la reclamación es otro reflejo de lo que somos: una comunidad que responde con el diálogo entre todos a la crispación que fomentan unos pocos. Unas islas que han convertido la paz social en el origen de todas las soluciones.

Una sociedad que trabaja unida. Lo ha demostrado resistiendo a la peor crisis y saliendo de ella reforzada. Sabemos que no podremos evitar las crisis globales, pero ahora también sabemos que no las superaremos por medio de recortes. Hemos ahuyentado la resignación y tenemos más claro que nunca que la mejor receta contra la desigualdad es más estado del bienestar y más justicia social.

Hoy nadie duda de que sólo se avanza hacia el progreso construyendo prosperidad para  todos. Sin excepción.

Esta es la idea que ha impulsado el gobierno que presido a trabajar para transformar estas islas. Y ahora se empiezan a ver los frutos del esfuerzo de todos.

Durante años nuestra economía creció más que ninguna otra, pero eso no llegaba a los bolsillos de todos los ciudadanos. Y juntos lo estamos solucionando. Hoy los salarios suben más que en cualquier otro territorio, gracias a la generosidad y comunión de intereses de trabajadores y empresarios.

Durante años también supimos reaccionar a las sacudidas constantes de recortes públicos que nos debilitaban a todos, empezando por los que menos tienen y continuando por una clase media y trabajadora que vio amenazadas sus aspiraciones de prosperar.

Y ha dado frutos. Hoy vemos como por primera vez nuestra educación, nuestras escuelas, tendrán más de mil millones de presupuesto. Este esfuerzo colectivo se traduce en más maestros y profesores, en más becas, en programas educativos modernos, en una bajada de tasas para nuestros universitarios y en unas inversiones en centros que seguirán creciendo. Nuestros hijos no se merecen menos.

Tampoco se merecía nuestra sociedad una sanidad pública menguante. Devaluada y restringida. Hoy nuestro sistema de salud mejora cada día, contrata a más profesionales que nunca y ahora garantiza por decreto que nadie espere más de 60 días para ser operado. Reducimos las listas de espera, aunque tenemos claro que nunca será suficiente cuando es la salud de los nuestros lo que está en juego.

No basta nunca, tampoco, el esfuerzo para mejorar nuestros servicios sociales. Un esfuerzo que, desde hace tres años, convierte la renta social en un nuevo derecho a una vida digna, incluso en los peores momentos. Un esfuerzo para hacer más residencias y centros de día. Y para aplicar una Ley de Dependencia que en tres años ha duplicado su número de beneficiarios.

Esta es la transformación social que estamos consiguiendo entre todos. No ha hecho más que empezar. Los resultados conseguidos nos animan a afrontar con más ilusión y energía los problemas que todavía exigen solución, como el del acceso a la vivienda o el de la mejora de la movilidad. En los dos retos, el futuro está trazado.

Y conseguirá hitos como un plan de transporte que pronto nos permitirá llevar el metro al  Hospital Son Espases y al Parc Bit y que, después, conectará con tranvía Palma y el aeropuerto.

Un futuro con más garantías gracias a una ley de vivienda que está convirtiendo pisos vacíos en viviendas sociales para aquellos que más lo necesitan. Y un plan de vivienda que tiene en marcha pisos públicos en todo Balears, mientras se aumentan las ayudas al alquiler y se rebajan hasta 6.000 euros los impuestos a los que compran su primer hogar.

Con esta rebaja fiscal recientemente aprobada y con estas nuevas ayudas y herramientas de bienestar colectivo, empieza un 2019 que hará de nuestra una comunidad más justa e inclusiva.

En las Illes Balears del 2019, el avance hacia la igualdad a través de la conciliación dotará a las familias de hasta 600 euros por niño para pagar la guardería o las actividades extraescolares de nuestros hijos.

El año que empezamos tiene que ser también el de la vuelta a casa de los jóvenes que huyeron de la falta de oportunidades que les ofrecía una sociedad con crisis y sin respuestas. Con el Plan de Retorno que se ha activado, tenemos que empezar a recuperar el talento que nunca tendría que haber partido. Estoy segura de que los jóvenes harán vuestro este presente de oportunidades que durante décadas han hecho posible vuestros padres y abuelos.

Así funciona una sociedad que cree en ella misma y reclama que el esfuerzo de todos llegue a todo el mundo.

Así caerán barreras que nunca se tendrían que haber levantado, como las de nuestra sanidad pública. Hace tres años la volvimos a hacer universal y ahora volverá a ser gratuita: el 1 de enero se levantan las barreras de los parkings de los hospitales públicos y todos serán de acceso libre y gratuito.

El 1 de enero también devuelve la justicia a nuestro estado del bienestar y se acaba el castigo que han sufrido nuestros pensionistas, que fueron condenados a pagar dos veces por la sanidad que habían levantado con su esfuerzo y sus impuestos. Jubilados y jubiladas que, a pesar de vivir con pensiones demasiadas veces insuficientes, visteis cómo os cobraban por los medicamentos que pide vuestra salud. Desde este 1 de enero, dejaréis de pagarlos en las farmacias. Es lo mínimo que puede ofreceros la sociedad que tanto os debe.

Igualdad, oportunidades, derechos y justicia. Es el mejor comienzo posible para un año en el que a todos os moverán vuestros sueños. La mayor motivación de nuestro gobierno es trabajar para hacerlos posible y seguir mejorando así unas Illes Balears unidas en el deseo de un futuro de oportunidades y derechos para todos. 

Desde este espléndido Pati de sa Lluna de Alaior; desde Menorca, una isla que este año ha celebrado los 25 años de una reserva de la biosfera que la ha convertido en referente de progreso económico sostenible, os quiero dar las gracias. Gracias por no conformaros. Gracias por querernos mejores y hacerlo posible.

Os deseo un 2019 lleno de salud y alegría. 

¡Que en este año que empieza no os falten motivos para sonreír! 

¡Feliz año nuevo!