El conseller Mir reclama que se incremente la protección del mediterráneo contra los ruidos en la II Cumbre de la ONU de los océanos NNota Informativa

El conseller de Medi Ambient i Territori, Miquel Mir, ha defendido, este miércoles, en la II Conferencia de la ONU de los Océanos, que se celebra en Lisboa, que la velocidad máxima para navegar por el Corredor de Cetáceos del Mediterráneo sea de 13 nudos, al menos en los meses de máxima probabilidad de interacción con rorcuales. En todo caso, ha asegurado, “en ningún caso se tendrían que sobrepasar los 19 nudos a lo largo del año para evitar no sólo las colisiones sino las molestias por ruido y reducir las emisiones y la contaminación”.

Mir ha participado en un acto, organizado por la organización Ocean Care, con la consellera de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana, Mireia Mollà, y la consellera de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de la Generalitat de Catalunya, Teresa Jordà. El conseller ha puesto en valor el trabajo conjunto realizado por los tres territorios en beneficio de la protección del mediterráneo y ha recordado que la asistencia a este encuentro internacional era uno de los compromisos adquiridos en la  Cumbre Mediterránea por el Medio ambiente y el Clima, celebrada el mes de marzo, en Barcelona.

Mir ha reclamado, “una vez más, que el Estado se implique más en la protección del mediterráneo, atendiendo las peticiones de los gobiernos de los tres territorios, que cuentan con el apoyo de numerosas asociaciones ecologistas”. En este sentido, ha reivindicado el papel que jugó el Govern de las Illes Balears en la declaración, por parte del Gobierno español, del Corredor de cetáceos del Mediterránea, una zona marina de 46.386 km² de alto valor ambiental situada entre las Illes Balears y la Península como Área Marina Protegida (AMP). En diciembre del 2019, el Convenio de Barcelona reconoció la importancia ambiental de esta AMP al declararla Zona Especialmente Protegida de Importancia para la Mediterránea (ZEPIM).

Mir ha recordado, además, que el Consell de Govern aprobó, a principios de año, instar al Gobierno del Estado a promover a nivel internacional una propuesta para declarar las aguas del entorno de las Illes Balears como Zona Marina Especialmente Sensible (ZMES), una figura existente en otros lugares del planeta que contempla medidas para evitar, disminuir y controlar la contaminación marina producida por los barcos.

El acuerdo del Consell de Govern, impulsado por las conselleries de Medi ambient i Territori y de Hisenda i Relacions Exteriors, insta al ejecutivo estatal a estudiar y elevar una propuesta en este sentido a la Organización Marítima Internacional (OMI), organismo especializado de las Naciones Unidas. “No tenemos que olvidar que el Mar mediterráneo representa una de las rutas marítimas más transitadas del mundo, y es la puerta de entrada entre Europa y Asia a través del Canal de Suez”, ha recordado Mir. “Consecuentemente, las aguas que rodean el archipiélago balear se encuentran en un nodo muy importante de transporte marítimo internacional que puede tener impactos desfavorables para el medio marino y costero y la salud humana, haciéndose preceptivo avanzar en la definición, localización, prevención, reducción y control de los efectos negativos de la navegación marítima internacional. Y uno de sus efectos negativos es el ruido que afecta negativamente a los ecosistemas marinos”, ha añadido.

Finalmente, los tres consellers han recordado que han presentado alegaciones a la propuesta de designación de una Zona Marina Especialmente Sensible (ZMES) en el Noroeste del Mediterráneo para la protección de cetáceos, promovida por los gobiernos de España, Mónaco, Francia e Italia. “Reclamamos que se tenga en cuenta la tarea conservacionista que hemos impulsado con el apoyo de varias entidades ecologistas”, ha señalado Mir quién ha citado la moratoria para las prospecciones submarinas, impulsada por la Aliança Mar Blava, el decreto de prohibición de fondeo sobre posidonia y las medidas contra la contaminación acústica presentes en los planes de gestión Red Natura 2000.