22 septiembre 2018 | <9ªL> Conselleria de Medi Ambient, Agricultura i Pesca

El IRFAP recupera e identifica variedades antiguas de trigos NNota Informativa

El IRFAP recupera e identifica variedades antiguas de trigos

Se ha completado toda la colección de cereales añadiendo 22 variedades más de trigos, 9 de avena y 4 de cebada
L’Institut de Recerca i Formació Agrària i Pesquera de les Illes Balears (IRFAP), que depende de la Dirección General d'Agricultura i Ramaderia de la Conselleria, ha querido completar toda la colección de cereales añadiendo 22 variedades más de trigos, 9 de avena y 4 de cebada, que durante cuatro o cinco décadas han permanecido en el banco de Madrid sin tener ninguna réplica. Todas las variedades de cereales han sido sembradas en el edificio de la Conselleria de sa Granja, para multiplicarlas y para disponer de material para nuestro banco de entonces, y con el fin de hacer una precaracterización varietal.

Durante décadas el banco de semillas del Centro de Recursos Fitogenéticos de Alcalà de Henares ha mantenido una colección de diferentes especies de interés agrario entre las cuales destacan una elevada diversidad de leguminosas y cereales de las Islas Baleares. No fue hasta el año 2010 que a iniciativa de la Asociación de Variedades locales, se empezó a recuperar una parte de este patrimonio genético valioso, primero de cereales (14 trigos y 3 avenas) y después de leguminosas.
 
Se han reunido diversos cerealistas y un antiguo molinero conocedores de las variedades locales para determinar la correspondencia de las variedades con sus fenotipos y compartir los conocimientos sobre las variedades de trigos antiguos y los usos propios. Estas semillas servirán para continuar la multiplicación de las variedades de más interés.
 
Hasta el años cincuenta del siglo XX todavía se mantenía en las Islas una riqueza varietal importante de cereales. La vieja fijación de la autarquía hizo perdurar en Mallorca el cultivo de los trigos (especialmente de los blandos o harineros) como centro de las rotaciones de cultivos herbáceos y, a pesar de producir rendimientos bajos, todo el mundo quería sembrar para autoabastecerse de harina. En aquel tiempo los cerealistas recolectaban y mejoraban las espigas más apropiadas por selección de demasiado e iban manteniendo las variedades autóctonas, pero esta actividad fue perdiendo interés rápidamente con la entrada de las variedades comerciales forasteras y el inicio del turismo de masas.
 
La erosión genética de los trigos durante el siglo XX está claramente documentada en el ámbito estatal. En 1859, Alejandro Olivan dejó constancia que los trigos conocidos en el Estado llegaban a 1300. El 1954 Manuel Gadea ofreció una lista de unas 600 variedades de trigos cultivados, mientras que en 1986 la lista de variedades ya incluía tan sólo 114, de las cuales sólo una decena coinciden con la lista de 1954. Justamente Gadea, amparado por el Centro de Cerealicultura de Madrid, publicó un libro y recolectó buena parte de las variedades de trigo que probablemente suministraron la colección del Centro de Recursos Fitogenéticos, donde se han conservado al menos 15 variedades de cereales en las Baleares con algunas sinonimias (principalmente trigos valenciàalemanygrecargelímollarbarbaxeixamort, a més de civades y ordis).
 
Las variedades de trigos harineros como la xeixamort o barba han despertado recientemente el interés de panaderos de panes tradicionales. No obstante, los suyos valores bajos de fuerza (según los últimos estudios, por debajo de los niveles de fuerza -W- considerados como panificables) y su heterogeneidad abran un grande horizonte para el estudio y selección de estas variedades antiguas para la elaboración de pan, pastelería y otros usos, como el maltage para cerveza en algunas variedades de alto contenido de amilasas, como xeixa blanc o valencià de canya buida.